Permanecer en Cristo

El Domingo pasado, Jesús se nos presentó como el Buen Pastor y nosotros (sus discípulos) somos las ovejas de Su rebaño. En el Evangelio de hoy, Jesús usa la metáfora de la vid y los sarmientos para describir su relación con nosotros, sus discípulos. Jesús nos dice hoy: "Yo soy la verdadera vid, y ustedes los sarmientos."

El énfasis de Jesús en este breve pasaje del Evangelio tiene que ver con "permanecer" en Él: permanecer conectados con la fuente y el culmen de nuestro ser. En este pasaje evangélico, unas siete veces, se usa la palabra "permanecer". "Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes", insiste el Señor. Del mismo modo que una rama no puede dar fruto si no permanece en la planta, estamos como muertos si nos cortamos de Dios. ¿De qué sirve una bombilla eléctrica si no está conectada a la fuente de la luz? No podemos hacer nada si no estamos conectados con Él. 

"Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se lo concederá". ¿Qué promesa? ¿Quién no querría esto? ¿O suena demasiado bueno para ser verdad? El desafío es permanecer en Cristo. ¿Realmente se siente en casa con Jesús?  

Jesús quiere hacer su hogar con nosotros. Dice en el libro del Apocalipsis: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo" (Apocalipsis 3:20). Permanecer con Jesús significa vivir con Él y permanecer en Su amor; permitiendo que Sus palabras hagan un hogar en nuestros corazones y poden nuestras vidas. Jesús dijo a sus fieles seguidores: "Ya están podados (purificados) por la palabra que les he dicho". ¿Podemos realmente decir con certeza que nos hemos dejado podar por la Palabra y los mandamientos de Dios? 

Nuestro compromiso como discípulos de Cristo es ser alimentados y sostenidos a través de la Palabra y el Sacramento de Dios. Por la Eucaristía, Jesús habita en nosotros, permanece con nosotros y nos poda (purifica) para que podamos dar buenos frutos. Dios hace Su hogar con nosotros cuando estamos en casa con Él, y los frutos que damos son obvios: amor y perdón. ¿Estás en casa con Dios? 

ESTATUAS VANDALIZADAS: Como se anunció el domingo pasado, estamos trabajando para reemplazar las estatuas vandalizadas en nuestra propiedad. Si desea contribuir a este proyecto, tome un sobre del Árbol de Generosidad en la parte posterior de la Iglesia, haga su donación y devuélvalo a la canasta de la colecta. Que Dios bendiga su generosidad. 

¡Dios es bueno, todo el tiempo!  

Padre Tony Udoh, MSP Administrador de Holy Family